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Creo que no sorprendo a nadie si expreso una vez más mi fascinación por los Masters del Universo. Cuando la película de Gary Goddard, protagonizada por actores de carne y hueso, se estrenó allá a finales de 1987, yo contaba solo cuatro años y lo único que recuerdo es que me decepcionó bastante que se pareciera tan poco a los Masters que yo conocía por los cómics y los muñecos.

Mucho más tarde, con las reposiciones televisivas, descubrí que era una peli tirando a cutre (o «tremendamente mala», según quién la vea), pero que podía disfrutar de ella igualmente como subproducto de una generación que, en general, fue bastante hortera.

Dicho esto, y aunque en principio pensaba recapitular esta cinta por mí mismo, dejaré esa tarea en manos de sus protagonistas. Dad un caluroso aplauso a ¡He-Man y Skeletor!

SKELETOR: Me he dado cuenta de que ha dicho tu nombre antes que el mío.

HE-MAN: Yo de ti me buscaría otro representante. Si quieres, puedo darte el teléfono del mío. Se llama Powers Ver Magnusson, el Agente Más Duro y Macho del Universo.

SKELETOR: ¿Qué comisión cobra?

HE-MAN: El diez por ciento.

SKELETOR: ¡El diez por ci…! ¡Por las Garras de Terror de Allocca! ¿Acaso te lava el tigre?

HE-MAN: ¿Qué es esto?

SKELETOR: Se llama arte conceptual, ignorante Master del Bien. Se dibujó en la fase de preproducción. Aunque visto el producto final, supongo que lo utilizarían para limpiarse el Hoyo Sin Fin de Trolla.

HE-MAN: En realidad, me refería a esta pantalla taaan grande. Imagínate la clase de complejo que tendrá su propietario.

SKELETOR: ¡No es mía! Se la robé a unos, eeeh…, huérfanos. Sí, huérfanos cojos y sordomudos. Eso es. ¡Jejejejejeje! Mi maldad no conoce límites. Y ahora, veamos la película.

HE-MAN: ¿Desde cuándo el Castillo Grayskull es una pintura mate?

SKELETOR: ¿No creerías que con el presupuesto que tenían, podían permitirse una maqueta? Y eso que ahorraron una barbaridad en vestuario.

HE-MAN: No sé, pero un día de estos tienes que explicarme tu obsesión por Grayskull. Solo son un montón de piedras con olor a moho y orines viejos.

SKELETOR: Ya, pero el alquiler es bajísimo. ¿Tienes idea de lo horrible que es vivir en el Castillo de la Serpiente? En lugar de agua corriente, sale lava fundida del grifo, y como el Castillo está en el Hemisferio Oscuro, gasto una barbaridad en luz. Y tampoco llega la fibra óptica de Ono ni de Jazztel.

SKELETOR: ¡Admira mi momento de gloria, He-Man! ¡Grayskull y la Hechicera en mi poder! ¡Jejejejejeje! Y no me digas que Frank Langella no está magnífico en este papel. Incluso bajo esa máscara de goma, desborda carisma. ¿Sabes que le nominaron a mejor actor por «Frost contra Nixon»?

HE-MAN: Sí, claro. Lo que no comprendo es cómo conseguiste conquistar Eternia y capturar a la Hechicera. No es por faltarte el respeto, pero tus planes se mueven en una escala que va de lo chusco a lo disparatadamente estúpido. ¿Te acuerdas de aquella vez que pretendiste engañarnos con un doble azul de mí mismo?

SKELETOR: ¡Bah! Mi verdadero problema es la escasez de mano de obra calificada. Entre todos mis esbirros apenas alcanzan un C.I. de 70, aunque, eso sí, me hincho a incentivos fiscales. De todos modos, estate atento, porque enseguida descubrirás el secreto de mi triunfo.

HE-MAN: Espero que no sea haber contratado a los soldados que no pasaron el corte como tropas de asalto en «La Guerra de las Galaxias».

HE-MAN: Justo lo que yo decía. ¿Cómo pueden fallar disparando contra un armario sueco de metro noventa de estatura?

SKELETOR: Quizá la visión de un tipo paseándose por ahí prácticamente en cueros perturba sus reflejos. Quiero decir: ¿siempre tienes que ser tan «festivo»? ¡Por el Cetro de Hiss, mírate!

HE-MAN: ¿Qué? Me gusta cuidarme, y sería un crimen contra la humanidad cubrir este magnífico cuerpo.

HE-MAN: ¡Por Grayskull! Sé que siempre digo que toda vida es valiosa, pero, ¿qué es eso?

SKELETOR: Es Gwildor. Cerrajero thenuriano, alivio cómico y sustituto económico de vuestro necio mago Orko. Se supone que el Skeletor de la película quiere capturarlo para evitar que fabrique otra Llave Cósmica. Lo que no sabía es que ya tenía otra. Cuando tu plan consiste en conquistar del Universo, sueles pasar por alto esos pequeños detalles.

HE-MAN: ¿Has dicho «Madre Robótica»? Siempre quise tener una de esas, a lo sirvienta de los Supersónicos.

SKELETOR: ¡No, idiota! ¡Llave Cósmica!, un chisme que sirve para viajar entre dimensiones tocando notas musicales. Así fue cómo conquisté vuestro mundo. ¡Con un riff diabólico cuyos acordes rasgaron el pacífico velo de Eternia! ¡Jejejejejeje!… A veces me siento tan solo.

HE-MAN: Conozco a Teela y a Man-At-Arms de toda la vida y apenas se parecen a esos dos esperpentos disfrazados de cyborgs. Además, este plano es terrible. A Teela solo se le ve el trasero. ¿Qué tienen de especial unos glúteos firmes y tonificados? ¡Toca los míos!

SKELETOR: Mmm… Quizá luego. En cualquier caso, es curioso que hables de cyborgs, porque la pretendida secuela de esta película acabó convirtiéndose precisamente en «Cyborg», de Albert Pyun, un vehículo para la incipiente estrella belga Jean-Claude Van Damme.

HE-MAN: ¿Cómo sabes todo eso?

SKELETOR: ¡Soy Skeletor, el Amo del Mal! ¡Mi sabiduría es absoluta!

HE-MAN: Y estás consultando la Wikipedia desde tu iPhone.

HE-MAN: No lo entiendo. ¿Por qué la casa de Gwildor tiene un pasadizo secreto que lleva a Grayskull? ¿Y por qué la película se parece cada vez más a «La Guerra de las Galaxias»? No recuerdo que hubiera tantos láseres en la serie. Hace que yo parezca imbécil usando una espada.

SKELETOR: Consuélate con que Dolph Lundgren no llevara ese horrible corte de pelo tuyo. Además, excepto por el acento, el rubiales da el pego. Incluso tiene un máster en química. ¿Qué más querías?

HE-MAN: Un tigre verde. Y ahora mismo, palomitas con mantequilla bajas en calorías.

HE-MAN: ¿Qué me he perdido?

SKELETOR: Tras fracasar estrepitosamente en vuestra misión de rescatar a la Hechicera, habéis huido de mis huestes diabólicas con la segunda Llave Cósmica y llegado al planeta Tierra, más asequible económicamente a nivel de producción.

HE-MAN: ¿Y la vaca?

SKELETOR: Un toque de comedia nunca viene mal. Ayuda a ganarse al público. ¿O piensas que Beastman es mi mano derecha por gusto? Ese bruto descerebrado hace sus necesidades sobre un montón de periódicos y se limpia con la lengua. Si no fuera por su vis cómica, hace tiempo que se lo hubiera dado de comer a Panthor.

HE-MAN: La cara de la chica me resulta familiar.

SKELETOR: Pues claro, cerebro de mosquito, es Courteney Cox. Aunque parezca increíble, ya actuaba antes de «Friends» y «Scream». Bueno, puede que actuar no sea la palabra apropiada; pero ahí la tienes, luciendo una sonrisa llena de dientes delante de la cámara. Cox interpreta a Julie, que se culpa de la muerte de sus padres en un accidente de avión. Como Señor del Mal, lo encuentro hilarante; pero lo verdaderamente curioso es que la Hechicera, Christina Pickles, ¡era la madre de Monica y Ross en «Friends»!

HE-MAN: Perdona, ¿decías algo? ¡Estas palomitas están de muerte!

HE-MAN: En serio, ¿estos son los mejores guerreros que podías enviar para recuperar la Llave Cósmica? ¿El primo calvo de Shredder, uno de los lagartos de «V», el doble de don Pimpón y algo que me hacen pensar en «Las chicas de oro conocen a Poison»?

SKELETOR: ¿Y a quién querías que eligiera?, ¿al chino con el puño gigante? ¿Al hombre-mofeta quizá? Los despediría a todos, pero la mayoría representa a alguna minoría o es deficiente mental, y con otros resulta imposible saber cuándo están embarazados. ¿Te he contado lo de aquella vez que confundí las huevas de Mer-Man con las perlas de Evil-Lyn? Y hablando de Evil-Lyn, creo que aquí viene nuestra gran escena.

HE-MAN: Así que Evil-Lyn y tú…

SKELETOR: No. Es solo que de vez en cuando me gusta confraternizar con mis subalternos. Ya sabes, darles unas palabras de ánimo, enviarles una cesta por Navidad, masajearles los hombros, acariciarles las orejas… Cuando están tensos no rinden al cien por cien.

HE-MAN: Quizá el hecho de que castigues el fracaso con la muerte tenga algo que ver en eso.

SKELETOR: Dije que no podía despedir a nadie, no que no pudiera fulminar a mis empleados con mi poder demoníaco. ¡Y no vayas por ese camino o rebobinaré hasta la escena en la que tú y tus amigos montáis en un Cadillac rosa!

HE-MAN: Eeeh…

SKELETOR: A mí no me mires. Ese es de los tuyos.

HE-MAN: Espera un momento, ¿Evil-Lyn era la madre de Julie?

SKELETOR: ¡No, idiota!, solo se ha hecho pasar por ella. ¡Jejejejejeje! Ha caído en el truco más viejo del manual. Creí que nunca se tragaría esa bobada de que sus padres habían estado en una misión secreta, pero la muy tonta ni siquiera desconfió de Evil-Lyn cuando le pidió la Llave Cósmica. ¡Jejejejejeje!

HE-MAN: Pero si su madre estaba muerta… ¡debía de ser un zombi!

SKELETOR: ¿Podrías recordarme por qué te nombraron campeón de Eternia?

HE-MAN: Reuní 1.500 envoltorios de barritas energéticas Yo tengo el Poder.

HE-MAN: ¡Una plataforma voladora! ¡Genial! Igualito que en «Regreso al futuro II». Aunque, claro, según las curiosidades sobre la trilogía publicadas en ion litio la semana pasada, los monopatines voladores jamás existieron. Magnífico blog, por cierto.

SKELETOR: Igual, lo que se dice igual, no es. Y no te parecerá tan divertido cuando atrape a tus amigos y te convierta en mi esclavo para toda la eternidad. ¡Jejejejejeje! Sin connotaciones sexuales ni homoeróticas. ¡Jejejejejeje!

HE-MAN: ¿De qué connotaciones hablabas hace un momento?

SKELETOR: ¡Por el demonio de Demos! ¿Me culpas a mí? ¡Es ese maldito sueco el que pone poses extravagantes y va medio desnudo por ahí! Y tú tampoco te libras. ¿Por qué siempre llevas tan poca ropa?

HE-MAN: Es la única forma de conseguir un bronceado uniforme.

HE-MAN: ¡Guau! ¿A qué viene ese disfraz? No veía nada tan hortera desde el Peter Parker emo de «Spider-Man 3».

SKELETOR: Es el Poder de Grayskull^TM.

HE-MAN: Pues te lo puedes quedar para ti solito.

HE-MAN: Oye, ese He-Man también tiene el Poder de Grayskull^TM y sigue igual que antes. Ningún casco «Muérete de envidia, Carmen Miranda» a la vista.

SKELETOR: ¿De verás crees que voy a dejarme aconsejar en materia de moda por un cabeza hueca con taparrabos? Además, ya tengo mi propio asesor. Me dijo que el púrpura jamás pasaría de moda.

HE-MAN: ¡Ja! Mira quién ha perdido para variar. Cuando llegues abajo, da un saludo de mi parte al Emperador, a Gollum, al Joker (el de Tim Burton, no el de Nolan), al malo de «Jungla de Cristal», a…

SKELETOR: Hazme un favor y cierra el pico.

HE-MAN: He leído que después de los créditos, tu cabeza asoma entre la lava y dices «VOLVERÉ», ¡como el Terminator! ¿Podemos verlo?

SKELETOR: No, la sesión ha acabado. Y este artículo también.

HE-MAN: ¿Y qué pasó al final con Julie y su novio?

SKELETOR: Lo que te pasará a ti si no te callas, salvo por los gritos y la inmesa gelatinosidad verde con cabeza de pulpo y devoradora de universos.

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