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Hace algo más de 3 años la tira cómica XKCD publicaba por primer vez su mapamundi de las comunidades online, una representación geográfica del tamaño e importancia de las diversas comunidades existentes en internet por aquel entonces.

Pues bien, hace un par de semanas volvió a publicarse una versión actualizada de dicho mapa, en la que resulta sorprendente comprobar como han cambiado las cosas. Algo que me lleva, de forma inevitable, a darme cuenta de que, si bien el cambio es inevitable, en el mundo online se produce tan rápido que a veces nos supera. Y todo es, a su vez, la excusa perfecta para escribir de nuevo sobre el estado de la blogosfera.

Volviendo la vista hacia el mapa de 2007, unos cuantos detalles llaman especialmente la atención. Por aquel entonces, en mayo de 2007, Myspace era claramente el «país» dominante en la red. Y servicios que hoy en día se nos antojan imprescindibles como Twitter (sobre el que, por cierto, he tenido que tragarme mis palabras, aunque sigo sin verle la gracia) no eran más que un germen naciente.

Sin embargo, en 2010 hay un nuevo y claro rey de la red: Facebook, un servicio que ha crecido tan rápido que da un poco de vértigo darse cuenta. En 2007 (y solo hace tres años de aquella fecha, vuelvo a insistir) yo personalmente no conocía a nadie que tuviera una cuenta de Facebook. Hoy, la tiene todo el mundo. Hasta los blogs como el nuestro.

En cuanto a la blogosfera en sí, que es lo que nos ocupa y el terreno en el que me muevo personalmente, también sorprende como han cambiado las cosas. Para empezar, en 2007 lo que se dio en llamar, no sin cierta razón, la burbuja de los blogs, estaba en su punto álgido. Cientos, miles de blogs nuevos se creaban cada día y eran, sin lugar a duda, el medio de comunicación de moda.

Fue por aquel entonces cuando esta web vivió quizá su momento cumbre de popularidad. Una web que por aquel entonces todavía mantenía solo, antes de incorporar a colaboradores inestimables como El Tipo de la Brocha o Cloro que me hacen el trabajo mucho más fácil. También es cierto que, tras el bajón que sobrevino tras el pinchazo de la burbuja, a día de hoy y gracias al tiempo, la constancia y la pasión por una idea, nuestras visitas han vuelto a aumentar y nos hemos hecho ricos hemos encontrado nuestro sitio.

La realidad, como siempre, ha acabado por imponerse, y a medida que la burbuja se deshinchaba nos hemos ido dando cuenta de varias realidades:

1) Adsense no te hará millonario: Lo dije entonces, en un artículo titulado catastróficamente como «El fin de la euforia» y lo repetiré ahora si hace falta. Un blog como negocio es, a día de hoy, uno de los proyectos menos rentables que se pueden emprender en la red (salvo contadas excepciones, claro está). Los costes apenas suelen dar para pagar el servidor y, a poco que uno sepa de programación, es mejor dedicarse a crear otro tipo de página. Sin embargo, en 2007 todo el mundo estaba ansioso por subirse al carro y creía que colocando dos bloques de Adsense podría empezar a ganar miles de dólares republicando el mismo vídeo de YouTube visto en otros 200 sitios. Sí, eramos unos ilusos.

2) Los blogs no son el «nuevo» cuarto poder: Sí, es cierto, algunos blogs tienen relativa influencia en campos concretos, pero no son ni mucho menos un «cuarto poder» como lo es la televisión o lo fue la prensa escrita en su día. Y digo que lo fue porque, a día de hoy, la sobreabundancia de medios de comunicación y el auge de la red han provocado, por un lado, que ya no se exprese solo una opinión mayoritaria, sino cientos de miles de opiniones repartidas por otros tantos sitios. Es, en realidad, una manera más justa de concebir la información ya que no existe ni, esperemos, volverá a existir, una estructura de pensamiento único tan cerrada como la de los tres o cuatro grandes grupos de comunicación.

3) A nadie le importa tu blog… salvo a quien le importa: Tener un blog, desde luego, nos nos convierte en estrellas de rock. Aunque en plena burbuja, algunos así lo creían. No es más que un medio de expresión que permite compartir pensamientos con una audiencia mucho más amplia de la que tendríamos escribiendo en un cuaderno y, a la vez, una forma de aprender de quienes compartan una visión similar de las cosas. En nuestro caso, cada persona encontrará utilidad en esta página de un modo u otro. A mi, además de para recopilar recuerdos, esta web me ha servido para aprender mucho de diseño web, maquetación, posicionamiento… es como un pequeño Máster autoimpartido sobre la creación de contenidos para la red.

Así pues, tres años después del «pinchazo» de la blogoburbuja la cosa se encuentra algo más estabilizada. Sí, todavía se siguen creando cientos de blogs, pero ya no con las aspiraciones (y la prepotencia) de antaño. En estos momentos, nunca viene mal recordar ese viejo chiste que nunca me canso de repetir y que sirve para ponernos en nuestro sitio:

– ¿Sabes como se suicida un blogger?
– No, ¿cómo se suicida?
– Tirándose desde lo alto de su ego.

Es inevitable, para los que llevamos tiempo en esto, el sentir cierta nostalgia. Y qué vamos a decir aquí, si somos unos nostálgicos incurables. Aunque estos últimos tres años han pasado volando, lo cierto es que cada vez que un buen blog de aquella blogosfera que conocimos en su punto álgido desaparece, como ocurrió con Dandel, uno siente que la blogosfera muere un poquito y esto se queda algo más vacío.

Y es que, por razones que explica perfectamente Kirai en su blog (otro de los veteranos de la blogosfera) el ser humano esta programado para tenerle miedo al cambio. Pero en Internet, el cambio no solo es tan inevitable como en la vida, sino que ocurre tan rápido que nos coge por sorpresa.

¿Y que pasará con ion litio? os preguntaréis. O a lo mejor lo que os preguntáis es ¿cuando va a acabar este monólogo? (en apenas un par de líneas, lo prometo). Nosotros, por nuestra parte, seguiremos por aquí… hasta que nos cansemos. Porque ion litio es una web que existe con una finalidad concreta: como medio para aglutinar mis propios recuerdos y los de mis compañeros de generación, un lugar donde poder volver la vista atrás de vez en cuando cuando el futuro nos produzca demasiado vértigo.

El mapa, por cierto, podéis verlo a tamaño completo en XKCD.

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