Sep
3
2010

Respondones

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RespondonesLlega septiembre y las televisiones y centros comerciales se llenan de anuncios de la vuelta al cole. Anuncios que no había niño que no odiara en su día, ya que solo servían para recordarnos que el final de las vacaciones estaba cerca, algo que ningún estuche nuevo podía compensar.

Por nuestra parte, ya reincorporados a la actividad, seguimos recuperando viejos juguetes del baúl de los recuerdos. En esta ocasión, y aprovechando las fechas actuales, se trata ni más ni menos que de un juego educativo (¡horror! dirán algunos). Y es que no puede haber mayor contradicción que agrupar en una sola frase las palabras «juego» y «educativo».

Estas dos palabras eran capaces de provocar urticaria a cualquier niño. Y es que cuando a uno le regalaban un juego de mesa y veía las fatídicas palabras impresas en la caja, ya se imaginaba que lo que había dentro iba a ser un tostón de padre y muy señor mío. Por suerte, no es el caso del ejemplo que nos ocupa.

«Respondones» es un juego de preguntas y respuestas al estilo del archiconocido Trivial, con un mecanismo de enganche basado en algo que siempre funciona con los niños: la competitividad. Y es que saberse las respuestas de por sí no tenía ninguna gracia, pero si podíamos demostrar que sabíamos más que uno de nuestros amigos… entonces la cosa empezaba a tener sentido.

El juego huye de tablero, dados, o reglas complicadas. Básicamente, se trata de un taco de cartulinas repletas de preguntas y enganchadas entre sí a modo de abanico. En cada página teníamos preguntas de diferentes materias (lengua, matemáticas, ciencia…), pudiendo encontrar las respuestas a las mismas en la página siguiente.

Los tacos de preguntas y respuestas de «Respondones» eran uno de los productos de Anaya, editorial que, junto a la omnipresente Santillana (y sus cuadernillos de vacaciones, eran las reinas del jugoso mercado de los libros de texto.

Respondones - Preguntas y respuestas para repasar jugando

Así pues, el «juego» se vendía a los padres como una forma rápida de repasar conocimientos, auspiciado por el hecho de venir presentados como un cuestionario, lo cual permitía como ya he dicho el retar a un amigo para ver quien acertaba más respuestas. Para ello había varios tacos de preguntas clasificados por edades. En concreto, el que hemos rescatado del bául corresponde a la edad de 8 a 9 años.

La diversión de respondones no abarcaba mucho más de las primeras partidas, ya que las preguntas eran en general bastante fáciles (incluso para un niño de la edad indicada) y pronto uno se sabía de memoria el cuestionario completo. Se trata, en resumen, una versión barata y limitada del Trivial Pursuit, juego que con su tablero y sus quesitos de colores convertía en verdaderamente atractiva la posibilidad de ser más inteligente que el contrario. Pero de esto ya hablaremos otro dia, porque también hay mucho que contar sobre el mismo…

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Categorías: Juguetes-juegos

9 comentarios

  • NepT1
    3/09/2010 | 7:15

    Curioso método de aprendizaje y entretenimiento al mismo tiempo, no había oído hablar de los «respondones»

    Responder a NepT1
  • Mrs. Knook
    3/09/2010 | 8:09

    Yo tenía ese mismito, el de la fotografía, tal cual, estropeado por las esquinas…de hecho… de dónde lo has sacado? xD

    Responder a Mrs. Knook
  • guguidelboske
    3/09/2010 | 8:22

    Te puedes creer q no me acuerdo de esto????????
    Por cierto, bievenidos!!!

    Responder a guguidelboske
  • ozroc
    3/09/2010 | 8:32

    Sólo una aclaración… Para ganar al trivial o a los respondones no había que ser inteligente, sólo tener memoria y saber un montón de gilipolleces inútiles.

    Inteligente había que ser para decirle a aquella amiga que si jugaba al operación, luego explicarle que se había quedado sin pilas el juego y acabar jugando a los médicos sin que a ella se le encendiese la nariz y se pusiese a chillar.

    (Y no, yo nunca ganaba a la mierda de los respondones)

    Responder a ozroc
  • Chú
    3/09/2010 | 10:45

    yo lo tenía igual!! de hecho no se si andará por ahí aun o no…ummmmmm

    Responder a Chú
  • Anonimatus
    5/09/2010 | 11:28

    El problema estaba en convencer a los amigos para jugar a eso ya que no se podía jugar contra los padres o con los hermanos pequeños o mayores debido a las diferencias de edad.

    Responder a Anonimatus
  • terminento
    6/09/2010 | 12:12

    Comparto con el señor ozroc su opinión sobre trivials y respondones.
    Dios… cómo odio esos juegos. Especialmente «el primero de la clase», con ese niño hiper hostiable con cara de maricón pintado en la caja.
    Hasta escribiendo esto me hierve la bilis en el estómago.

    Ni siquiera el tablero era bonito. En una metáfora de la vida real, las fichas no eran estudiantes, o lápices, o cualquier jodida cosa sociada con un aula, eran peones de ajedrez. Si, peones. En aulas y pupitres idénticos. Un sueño húmedo comunista hecho juego de mesa, coño.

    Encima, como nadie sensato quiere ir a tu casa a jugar a esas mierdas, mi madre me los compraba y mi madre misma se encargaba de «rentabilizar la inversión», convirtiendose en impuesta e impositora compañera de juego.

    Hay algo mucho más jodido que saber menos que la contrincante, y es que ésta te riña y te llame gilipollas por no saber todas las putas respuestas, aclarando que te quedas sin nocilla y que así no vas a llegar nada en la vida y suspenderás porque paquito el hijo de la vecina es más listo y tal (. ¡Puto Paquito!).

    Luego, cuando ya me las iba sabiendo, a mi madre le dió por escribir sus propias preguntas, y así es como llegué a saber que James Fenimore Cooper escribió El Ultimo Mohicano, Walter Scott escribió Ivanhoe (, aunque núnca me los leí), que el peso atómico del Kuchartovio es 261 (ahora ya ni se llama así), y que la capital de Tahití es Papete (palabra que ya en mi círculo de amistades usamos como sustituta de chumino).
    Cosas todas estas que, como ustedes bien saben, son muy útiles en el día a día y a la hora de posicionarse en un buen empleo.

    Seguro que ni arde, el cabrón.

    Vaya forma de joder el tiempo de las vacaciones con más colegio, y así, claro, cuando la vuelta al cole, el deja vú y la sensación de no haber estado de juerga se hacía patente.

    (Postrándose de rodillas frente a una estatua de la libertad semi enterrada)
    He vuelto…estoy en mi clase otra vez. ¡Durante todo este tiempo, no sabía que estaba en ella! ¡Maniáticos! ¡Os maldigo a todos! ¡Maldigo los juegos educativos! ¡OS MALDIGOOOOOOOOO!

    Responder a terminento
  • luiluilouis
    15/09/2010 | 23:48

    terminento no es para tanto hombre, jeje. Seguro que tomaste la comunion y le diste tu las hostias al cura. Patetico es lo de Lely Kelly q sacan por las mañanas en la 2. O que me dices de toda la semana futbol, con lo bien q venia ver a media tarde a las vigilantas de la playa, ahora tengo q salir de casa :-(.

    Responder a luiluilouis
  • terminento
    16/09/2010 | 10:29

    ¡Diga usted que sí, luiluilouis! ¡Más tetas y menos lely kely!
    Dios… Un día a usted y a mí nos van a salir bultos y nos pondremos verdes en plan Homer Furioso…

    Responder a terminento

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