Ene
25
2017

Los GoGo’s

Compartir en... Twitter Facebook Menéame Whatsapp

Gogo's - PortadaAunque yo no sé mucho de mercadotecnia (ni de casi nada), hay algo que he aprendido de ese mundillo: una idea vieja puede ser un éxito si se empaqueta con colores molones y se le pone un nombre atractivo. Así, un juego tan antiguo como el mundo, las tabas, tuvo un resurgir en España (y en otras partes del mundo) a mediados de los años noventa. Como podéis imaginar por el título de este artículo, me estoy refiriendo a los GoGo’s.

Un juego con historia

Gogo's - Tabas

Aspecto de las tabas «originales» (Fuente: Wikipedia)

Al menos desde la antigua Grecia, el juego de las tabas consistía en utilizar unos huesecillos de oveja (lo que propiamente son las tabas, conocidas en el mundo científico como astrágalos), de forma irregular, para jugar. Os preguntaréis: para jugar… ¿a qué? Y ahí está la gracia: para jugar a todo lo que se les ocurriera a los jugadores. Con el transcurrir del tiempo, estos huesos de oveja fueron sustituidos por pequeñas piezas de resina o metal, haciendo de ellos algo más duradero.

Llegados a los años noventa, algún avispado creativo tuvo la típica y lucrativa idea que tantos otros tuvieron respecto a otros objetos: ¿y si fabrico tabas de plástico, de colores llamativos, y los vendo en paquetitos asequibles? Dicho y hecho: así nacieron los GoGo’s, que tuvieron su máximo éxito en España entre 1995 y el final de la década (y del siglo, y del milenio; fueron años fulgurantes).

Tal y como he dicho más arriba, los GoGo’s no dejan de ser trozos de plástico duro que se vendían en bolsitas como si de canicas se tratase. La idea era que los niños y niñas, que es para quienes estaba pensada la cosa, intentasen coleccionar los numerosos modelos existentes, cada uno de un color y de una forma diferente. Al menos en mi colegio, estas dos características se valoraban de manera muy distinta: respecto a los colores, había tortas por conseguir los que fueran lo más fosforitos posibles (recordemos que estábamos en los noventa, y lo fosforito era lo más. Si hubiéramos sabido la que se nos vendría encima con los runners…); en cuanto a las formas, aquí éramos mucho más pragmáticos: para según qué juegos, las irregularidades de la superficie de cada GoGo eran toda una ventaja… o un lastre.

El juego

Tal y como he dicho al principio, las maneras de jugar eran tan variadas como jugadores había. En mi colegio se practicaban, fundamentalmente, tres modalidades, sin nombre definido, y con la característica común de que el ganador se quedaba con los GoGo’s empleados por los perdedores (lo mismo que ocurría con los Tazos o con las canicas):

  • Un primer modo de juego consistía en lanzar nuestros GoGo’s por turnos contra una pared. El ganador era el que consiguiera dejar su GoGo más cerca de dicha pared tras rebotar en ella. También cabía otra modalidad similar: lanzar los GoGo’s hacia la pared intentando quedar lo más cerca posible de ella sin tocarla, lo que recordaba inevitablemente a la petanca.
  • La segunda gran modalidad consistía en «encestar» el GoGo en una canasta improvisada (una gorra, por ejemplo) tras hacerlo rebotar contra el suelo. Lástima que en España no se juegue tanto como en las películas a esto mismo, cambiando la palabra «GoGo» por «pelota de ping-pong» y la palabra «gorra» por «vaso lleno de cerveza o bebida alcohólica». Hubiéramos arrasado.
  • Crear alguna estructura en equilibrio (por ejemplo, clavar un bolígrafo en la arena) y tratar de tumbarlo a base de lanzar nuestros GoGo’s. Este juego tenía dos peligros: primero, que cada jugador se arriesgaba a perder muchos GoGo’s de golpe, pues eran necesarios bastantes lanzamientos hasta que alguien acertaba; y segundo, que muchas piezas se perdían a base de tiros sin puntería.

Gogo's - Colección

Una colección de Gogo´s (Fuente: Stay by Bruno)

Como podéis imaginar, salvo en el último de estos juegos, los GoGo’s cuya forma estuviera más pulida eran objeto de deseo, ya que hacían más predecible el rebote. Debo añadir que con posterioridad, incluso en tiempos muy recientes, han ido apareciendo nuevas ediciones de GoGo’s con formas menos abstractas, pareciendo simple y llanamente muñequitos pequeños. En mi opinión, esto refuerza el componente coleccionista de los GoGo’s, pero le resta gracia a la hora de jugar con sus irregularidades físicas.

Poco más hay que contar sobre este juguete, una de tantas modas que nos hicieron disfrutar durante una feliz etapa de nuestra vida. Visto en perspectiva, hubiéramos podido jugar exactamente igual con piedras, que eran gratis, pero… ¡no eran fosforitas!

Fuentes

«GoGo’s» en Wikipedia
«Juego de las tabas» en Wikipedia
«Los juguetes sin WiFi» en StayByBruno.com
«Colección de GoGo’s» en Todocolección

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Categorías: Juguetes-juegos, Marketing-Publicidad, Vida cotidiana

5 comentarios

  • Vero
    25/01/2017 | 14:58

    Jamás he jugado con los gogos ni he visto a nadie hacerlo. Será que en mi pueblo estábamos atrasados. Recuerdo haber tenido uno o dos, pero tampoco le veía una utilidad más allá de un mero objeto decorativo.

    Eso sí, el nombre me ha recordado a un perro de juguete que había en los 90, que se llamaba Gogo (evidentemente) y en el anuncio salía una niña llevándolo con una correa mientras sonaba una canción que decía algo así como: «Gogo anda solo y pasea feliz y tus amigas se fijan en ti. Va hacia delante y también atrás. Gogo es tu amigo fiel, ya verás. Gogo anda solo». Odio eterno a la niña, al perro, al anuncio y a la canción.

    Responder a Vero
  • Lecquio
    25/01/2017 | 20:11

    Nah, los primos bastardos de los tazos

    Responder a Lecquio
  • Ewy
    26/01/2017 | 18:00

    Yo los recuerdo con mucho cariño. Pero en mi ciudad, o al menos en mi colegio, se jugaba a otro juego: se ponían en fila y con el dedo dabas un golpe a tu Gogo para que derribara los que estaban en fila (aunque con el dedo hacía mucho daño, también podías tirarlo con la mano) 🙂

    Responder a Ewy
  • mastercaba
    28/01/2017 | 19:54

    @Vero, a mí siempre me pareció que el nombre, en el contexto español, no era ningún acierto: «gogo» suena a otra cosa muy poco infantil…

    @Lecquio: los tazos son inigualables!

    @Ewy: el efecto dominó siempre está ahí para que un niño/a lo explote.

    Gracias por comentar!

    Responder a mastercaba
  • agente 007
    24/08/2019 | 17:36

    A mi me encantaban los gogos y aún los conservo. Los Gogos junto a los playmobil eran mis favoritos.

    Responder a agente 007

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