Oct
8
2010

‘La princesa prometida’ (1987)

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La Princesa Prometida - CartelMuchas veces miramos atrás y recordamos con cariño películas que vimos durante nuestra niñez y que nos dejaron marcados. En nuestra mente la calidad de las mismas es incontestable, y somos incapaces de encontrarles defectos. Todo este hechizo se rompe cuando, décadas después, volvemos a verlas y nos damos cuenta de que no estaban exentas de fallos. De hecho, muy pocos films logran mantenerse a la altura de su infante recuerdo: «La princesa prometida» es uno de ellos.

El argumento de este adictivo cuento nace de William Goldman, escritor y guionista, que fue dándole forma mediante pequeños relatos que contaba a sus hijas para ayudarlas a conciliar el sueño. Un día decidió plasmar sus narraciones en un libro, cuya película sería dirigida años después por Rob Reiner.

El comienzo del film nos sitúa en la época actual (finales de los ochenta en el momento del estreno). Un niño aquejado de una leve enfermedad (Fred Savage, de «Aquellos maravillosos años») recibe la visita de su abuelo (Peter Falk, el mítico detective «Colombo»), quien comienza a leerle un cuento. El niño al principio no está nada convencido con el plan (de hecho, la llegada de su abuelo le interrumpe una partida a un videojuego), pero poco a poco se irá metiendo en la historia hasta quedar completamente hipnotizado por la trama.

Niño: ¡¿Un libro?!
Abuelo: Correcto. Cuando tenia tu edad, la televisión se llamaba libros, y este es un libro especial. Es un libro que mi padre solía leerme cuando yo estaba enfermo, y yo solía leérselo a tu padre. Y hoy, te lo voy a leer a ti.
Niño: ¿Tiene algo de deporte?
Abuelo: ¿Bromeas? Esgrima, pelea, tortura, venganza, gigantes, monstruos, persecuciones, fugas, amor verdadero, milagros…
Niño: No suena mal, intentaré quedarme despierto.

La Princesa Prometida - Corte
Así, el libro nos sitúa en un mundo inspirado en la más preciosista versión de la Edad Media, plagado de bosques, castillos y un poquito de magia. Es allí donde nace el amor entre la bella Buttercup (una espectacular Robin Wright Penn) y su mozo de caballerizas (Westley, interpretado por Cary Elwes). Transcurrida una feliz etapa, el joven decide marchar allende los mares para hacer fortuna, con objeto de reunir suficiente dinero para casarse con su amada.

Sin embargo, para su desgracia el barco en el que viaja es asaltado por el temible pirata Roberts, famoso por no hacer nunca prisioneros (llegó tarde la Convención de Ginebra…). Tras recibir la noticia de la muerte de Westley, Buttercup decide renunciar para siempre al amor verdadero. No obstante, cinco años después el malvado príncipe de Florín, Humperdinck (Chris Sarandon), haciendo uso de una real prerrogativa, escoge a la bella plebeya como esposa.

La Princesa Prometida - Enamorados

Buttercup, triste y desolada, es trasladada a la corte real, donde su único consuelo diario son los paseos a caballo, y es precisamente en mitad de uno de ellos, poco antes de su real enlace, cuando será secuestrada por un trío de malhechores que han sido contratados para provocar una guerra entre los países de Florín y Gilder: el astuto Vizzini (Wallace Shawn, uno de esos «malos» que caen bien), Íñigo Montoya el espadachín (Mandy Patinkin en el papel de su vida) y el enorme Fezzik (el acromegálico André el Gigante, profesional de la lucha libre, aunque inicialmente se pensó en el baloncestista Kareem Abdul-Jabbar para el papel).

Vizzini: Disculpe, mi señora. Somos unos pobres artistas de circo perdidos, ¿hay alguna aldea cerca?
Buttercup: No hay nada cerca, nada en millas.
Vizzini: Entonces no habrá nadie que pueda oír tus gritos.

La Princesa Prometida - Secuestradores

El plan de Vizzini, cerebro del grupo, no era otro que dejar el cadáver de la joven en la frontera entre ambos reinos, desencadenando así el conflicto, aunque Fezzik y Montoya no se muestran partidarios del asesinato.

Fezzik: Tú nunca dijiste nada acerca de asesinar a nadie.
Vizzini: Os contraté para que me ayudarais a empezar una guerra. Es una prestigiosa forma de vida con una larga y gloriosa tradición.
Fezzik: Yo sólo pienso que no es bueno asesinar a una joven inocente.
Vizzini: ¿Me estoy volviendo loco o acaso la palabra «pienso» salió de tus labios?

En su huida por mar, pronto descubren que un enmascarado los sigue de cerca, de manera que tras atracar y escalar los angostos Acantilados de la Locura, Íñigo Montoya se queda para enfrentarse al misterioso rescatador, mientras Vizzini y Fezzik continúan avanzando con su rehén.

Vizzini: ¡Inconcebible!
Montoya: Sigues usando esa palabra. Y no creo que signifique lo que tú crees que significa.

La Princesa Prometida - Los Acantilados de la Locura

Esta primera confrontación nos servirá para comprobar que, pese a que Montoya se encuentra del lado de los forajidos, no es en absoluto alguien carente de honor. Es más, presta su ayuda al enmascarado en el tramo final de su escalada del acantilado, e igualmente le concede tiempo para recuperar el aliento antes del inicio de su combate a espada.

Montoya: De hecho, tengo una cuerda, pero no creo que vayas a aceptar mi ayuda, ya que sólo estoy esperando para matarte.
Enmascarado: Eso pone un obstáculo a nuestra relación.
Montoya: Pero te prometo que no te voy a matar hasta que llegues arriba.
Enmascarado: Eso es muy reconfortante, pero me temo que vas a tener que esperar.
Montoya: Odio esperar. Puedo darte mi palabra de español.
Enmascarado: No me parece, conozco muchos españoles…
Montoya: ¿De qué manera podrías confiar en mi?
Enmascarado: No se me ocurre nada.
Montoya: Te juro por el alma de mi padre, Domingo Montoya, que vas a llegar arriba vivo.
Enmascarado: Lánzame la cuerda.

Durante ese interludio sabremos que el bandido espadachín, originario de España, tiene como principal objetivo en la vida vengar la muerte de su padre, un maestro armero que fue asesinado por un hombre con seis dedos en la mano izquierda.

Montoya: Se ve que eres un tipo decente. Lamento tener que matarte.
Enmascarado: Se ve que eres un tipo decente. Lamento tener que morir.

La Princesa Prometida - Duelo

Tras la breve conversación, ambos rivales se enzarzan en un espectacular duelo a espada en el que el enmascarado parece llevar cierta ventaja. Sin embargo, cuando todo parece decidido, Montoya se cambia la espada de mano y pasa a llevar la iniciativa, pues hasta ese momento se había limitado a luchar con la mano izquierda pese a no ser zurdo, pues rara vez encontraba adversarios que le hicieran emplearse a fondo con el acero. Para desgracia del español, al poco tiempo el encapuchado realiza la misma maniobra, recobrando así toda la ventaja perdida, lo cual termina con un Montoya vencido al que su oponente perdona la vida.

Montoya: Lo admito, eres mejor que yo
Enmascarado: Entonces, ¿por qué te ríes?
Montoya: Porque yo sé algo que tú no.
Enmascarado: ¿Y qué es?
Montoya: Que no soy zurdo.
Enmascarado: ¡Eres sorprendente!
Montoya: Espero serlo dentro de veinte años.
Enmascarado: Hay algo que debo decirte.
Montoya: Dime.
Enmascarado: Que yo tampoco soy zurdo.

La persecución continúa y Vizzini pronto se da cuenta del fracaso de Montoya, de manera que deja atrás al gigante Fezzik para que le haga frente, recomendándole que le lance una enorme piedra en cuanto lo vea aparecer.

Vizzini: ¡Acaba con él! A tu estilo.
Fezzik: ¿Y cuál es mi estilo?
Vizzini: Coge una piedra y escóndete tras una roca. Dentro de unos minutos, el hombre de negro llegará por ese camino y en cuanto asome la cabeza… ¡pártesela con la piedra!
Fezzik: Mi estilo no es demasiado deportivo…

La Princesa Prometida - Fezzik

Sin embargo, Fezzik también posee un corazón noble, y ofrece a su contrincante un combate cuerpo a cuerpo, sin piedras ni espadas. Pese a las diferencias físicas, el enmascarado logra la victoria, dejando a Fezzik inconsciente.

Fezzik: Me preguntaba por qué me das tantos problemas.
Enmascarado: ¿Y por qué crees que sea?
Fezzik: Bueno, no he peleado contra una sola persona en mucho tiempo, me he especializado en grupos.

Finalmente, el misterioso hombre de negro alcanza a Vizzini, quien amenaza a Buttercup con un cuchillo en el cuello. No pudiendo hacer frente a su rival con el músculo ni el acero, Vizzini sugiere un duelo de cerebros, ante lo que el enmascarado propone servir dos copas de vino y envenenar una de ellas, dando la opción de que Vizzini escoja cuál beberá cada uno. El inteligente villano trata de deducir haciendo uso de la lógica si su rival habrá envenenado su propio recipiente o el contrario, pero lo que no podía prever era que ambas copas contenían el mortal veneno, pues el desconocido había desarrollado la inmunidad al mismo.

Vizzini: Quieres raptar lo que yo honradamente robé. No puedo competir contra ti físicamente, y tú no eres competencia contra mi cerebro.
Enmascarado: ¿Eres inteligente?
Vizzini: Deja que te lo diga así: ¿has oído hablar de Platón, Aristóteles, Sócrates…?
Enmascarado: Sí.
Vizzini: Estúpidos.

La Princesa Prometida - El Pantano de Fuego

Llegados a este punto, el misterioso rescatador, que no es otro que Westley, convertido hoy día en el pirata Roberts, libera a Buttercup, pero tras lograr cruzar el peligroso Pantano de Fuego, el príncipe Humperdink y su séquito les dan caza. Buttercup se entrega voluntariamente a cambio de que el príncipe prometa respetar la vida de Westley.

Buttercup: Nunca sobreviviremos.
Westley: Tonterías. Sólo lo dices porque nadie lo ha hecho antes.

Pese a su promesa, el malísimo Humperdink da instrucciones a su segundo, el Conde Rugen (Christopher Guest), para que liquide a Westley. A través del diálogo entre ambos sabremos además que en realidad fue Humperdink quien contrató a Vizzini para secuestrar y matar a Buttercup, pues ello le daría la excusa necesaria para atacar Gilder, el país vecino (por aquel entonces no se habían inventado las armas de destrucción masiva…).

La Princesa Prometida - Humperdink

No obstante, las intenciones del príncipe se mantienen intactas, y planea asesinar a Buttercup la noche de bodas. Así, para hacer la mentira creíble, difunde el rumor entre su ejército de que Gilder planea el asesinato de la futura reina, y organiza un escuadrón, la Brigada Brutal, para limpiar las cercanías del castillo de maleantes.

Fezzik: Soy de la Brigada Brutal
Max: ¡Eres la Brigada Brutal!

Mientras, Fezzik, inicialmente adscrito a la Brigada Brutal, deserta tras reencontrarse con su amigo Íñigo Montoya, y le habla de la existencia de un hombre con seis dedos en la mano: el Conde Rugen. Ante esta información, Montoya planea atacar el castillo del rey para vengarse, pero es consciente de que no podrán conseguirlo sin la ayuda de alguien fuerte, inteligente y diestro con la espada: el enmascarado que les derrotó.

La Princesa Prometida - Muerto

Sin embargo, cuando encuentran a Westley, éste ha muerto tras haber sido sometido a terribles torturas en el Foso de la Desesperación al que el príncipe ordenó que lo llevaran. Sólo un milagro podría devolverle la vida, y eso es precisamente lo que Montoya y Fezzik compran a un reticente «Max el Milagrero» (Billy Cristal), quien tras muchas trabas y gracias a la insistencia de su dulce esposa, consiente entregarles un voluminoso comprimido que hacen tragar a Westley.

Max: ¿Tienes dinero?
Montoya: Sesenta y cinco.
Max: ¡Nunca he trabajado por tan poco! Sólo una vez y fue por una causa noble.
Montoya: Esta es una causa noble, señor. Su esposa está lisiada y sus hijos desnutridos.
Max: Eres un mentiroso.
Montoya: Lo necesito para que me ayude a vengar a mi padre asesinado hace veinte años.
Max: Tu primera historia era mejor.

El joven recupera la vida, pero está terriblemente debilitado y apenas puede moverse. Pese a ello logra trazar un plan que les permite internarse en el interior del castillo, donde la boda entre Humperdink y Buttercup tiene lugar, aunque con un grave defecto de forma: para abreviar se saltan la parte de los consentimientos (sí, en este cuento los tecnicismos son importantes…).

Montoya: Danos la llave de la puerta.
Soldado: No tengo la llave.
Montoya: Fezzik, arráncale los brazos.
Soldado: ¡Ah! Se referían a la llave de la puerta…

La Princesa Prometida - Asalto

Una vez dentro del castillo, un aún debilitado Westley, logra llegar hasta la habitación de Buttercup justo antes de que ella, desesperada por su desgracia, se suicide. Tras el reencuentro, Westley, muy versado en leyes, le hace saber que si no ha prestado su consentimiento, no está casada.

A continuación tiene lugar el que para mí es el momento cumbre de la película: el encuentro entre Montoya y el asesino de su padre, el Conde Rugen. El español lleva esperando desde los once años ese enfrentamiento, pero Rugen es hábil con la espada y logra herirle de gravedad. Pese a ello Montoya saca fuerzas del odio y la venganza (bonita lección moral, niños) y le da la vuelta al combate, al tiempo que repite continuamente una de las frases más famosas de la historia del cine: Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir. Rugen clama clemencia y ofrece cualquier cosa al español para salvar la vida, pero sólo hay algo que Montoya podría aceptar, y no está al alcance del conde concederlo. «¡Quiero a mi padre de vuelta, hijo de perra!» le grita antes de consumar su venganza.

Montoya: Hola. Mi nombre es Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.
Rugen: ¡Para de decir eso!
Montoya: Ofréceme dinero.
Rugen: ¡Sí!
Montoya: También poder, prométeme eso.
Rugen: Todo lo que tengo y más. Por favor…
Montoya: Ofréceme todo lo que pida.
Rugen: Cualquier cosa que quieras.
Montoya: ¡Quiero a mi padre de vuelta, hijo de perra!

La Princesa Prometida - Confrontación

Mientras tanto, Humperdink hace acto de presencia en la habitación en que se encuentran Buttercup y Westley, pero no conociendo la extrema debilidad de éste último tras la resucitación, el cobarde príncipe acepta ser inmovilizado antes de verse obligado a batirse en duelo con tan temible oponente.

Westley: No he terminado, lo próximo que perderás será tu ojo izquierdo, seguido por el derecho…
Humperdink: …y luego mis orejas, ya entiendo. Terminemos con esto.
Westley: ¡Mal! Conservarás tus oídos, y te diré por qué: para que los chillidos de los niños al verte te atormenten. Todos los llantos de bebes, los gritos de las mujeres: «¡Dios mío! ¿Qué es eso?», harán eco en tus perfectos oídos.

Poco después se produce el reencuentro entre los cuatro protagonistas, quienes perdonan la vida al príncipe para que viva y sufra con el peso de su infamia. El cuento, como no podía ser de otro modo, finaliza con el beso de amor más increíble de todos los tiempos.

Abuelo: Desde la invención del beso, ha habido cinco que han sido seleccionados como los más apasionados y los más puros. Este los dejó a todos atrás.

La Princesa Prometida - Beso

Creo que la grandeza de esta película, además de en su magnífico argumento e incansable ritmo, radica en los cuidadísimos diálogos que tiene. A lo largo del post he querido resaltar los que me parecen más destacables, aunque hay muchísimos más que os invito a recordar en los comentarios.

Y colorín colorado…

Fuentes

«The Princess Bride» en Wikipedia

Etiquetas:

Categorías: Cine-TV

16 comentarios

  • eduideas
    8/10/2010 | 9:19

    De nuevo coincidimos, me encantó, pero por la ironía y por ser un clásico de cuentos de hadas puesto al día sin dejar de ser totalmente clásico

    Responder a eduideas
  • Upatseb
    8/10/2010 | 10:47

    La vi de nuevo hace unos días y volvio a enamorarme, mención especial a la banda sonora de Mark Knopfler, uno de mis artistas predilectos.

    Uno de mis dialogos preferidos de la peli, cuando el milagroso Max:
    ? Ha dicho amor verdadero. No podríais pedir una causa mas noble.
    ? Sí hijo, el amor verdadero es lo mas grande del mundo. A excepción de los bocadillos de cordero, lechuga y tomate, cuando el tomate esta maduro y el cordero esta en su punto ¡Es tan sabroso!… ¡Me encanta!
    Pero no ha dicho eso. Ha dicho claramente fa-ro-le-ro. y como sabemos farolero significa tramposo… estarías jugando a cartas alguien hizo trampas y…
    ? Mentiroso… mentiroso… mentiroooooooso.
    ? Calla bruja.
    ? No soy una bruja soy tu mujer, pero después de lo que has dicho no estoy segura de querer seguir siéndolo más. Amor verdadero… ha dicho ¡amor verdadero!

    Responder a Upatseb
  • SandMan
    8/10/2010 | 11:10

    ¡FA-RO-LE-RO! ¡Ha dicho farolero!

    Responder a SandMan
  • Begebe
    8/10/2010 | 12:30

    …. este cuento se ha acabado.
    Gran película!!!

    Responder a Begebe
  • Anonimatus
    8/10/2010 | 17:09

    Había olvido los fantasticos diálogos de la película. Tienes razón, no ha perdido nada de frescura con los años.

    Responder a Anonimatus
  • Jabula
    8/10/2010 | 23:55

    Muy buen artículo. Pero por lo que recuerdo el lenguaje en la peli era mas poético.¿ Los trozos de diálogo son de la peli o del libro? Es por curiosidad porque nunca he leído el libro y como he visto tantas veces la película me da cosa no vaya a ser que me guste menos…
    Para mi el momento más gracioso es en la boda, la manera de hablar del obispo: «ed madrimonio…ed madrimonio ed lo que nod ha deunido hoy a todos aqui..»

    Saludos

    Responder a Jabula
  • gmassa
    9/10/2010 | 19:12

    Sin duda una gran película. La descubrí hace pocos años en una tarde de aburrimiento porque la ponían en la televisión autonómica. Desde entonces aún si haberla visto de pequeño ha quedado marcada en mi memoria!

    Y aquí va, la que para mí es la escena más divertida de toda la película:
    http://www.youtube.com/watch?v=KAV5xXpAGpw

    Responder a gmassa
  • terminento
    12/10/2010 | 13:43

    -Abuelo, ¿volverás a leerme el cuento mañana?
    -Como desees.

    Responder a terminento
  • Luix
    13/10/2010 | 20:26

    En el duelo de esgrima de la cima de los acantilados,

    «veo que estais usando la defensa Bonetti»

    «es la mas adecuada teniendo en cuenta el tipo de terreno»

    «naturalmente, esperas que ataque con capoferro»

    «naturalmente, pero Thibault cancela a capoferro»

    «a no ser que el enemigo no haya estudiado agrippa, como yo he hecho»

    Responder a Luix
  • El Tipo de la Brocha
    13/10/2010 | 21:06

    Ayer la pasaron por Telemadrid. Se mantiene a la altura.

    Responder a El Tipo de la Brocha
  • Cloro
    14/10/2010 | 8:04

    @jabula los diálogos que he puesto en el post están sacados de la peli (el libro yo tampoco me lo he leído)

    Responder a Cloro
  • Morlaa
    18/10/2010 | 20:23

    Aun recuerdo hace muchos meses que convenci a mi novio para que la viera,,,no queria porque no iba a ser de «machos» una peli llamada la princesa prometida,,,,pues bien, se lo pasó de escándalo viendola y le gustó claro!

    Una cosa si os digo, el libro es igual o mas divertido que la peli, no dejéis de leerlo!!!

    Responder a Morlaa
    • Isangi
      31/05/2018 | 16:20

      Yo se la hice ver a mi mujer y me miraba mal y me decía que que mierdas le había puesto, casi me divorcio…

  • Andresito
    19/10/2010 | 11:52

    Gracias por un excelente artículo sobre una de las tres películas de mi infancia.

    Responder a Andresito
  • Cloro
    20/10/2010 | 16:47

    @Morlaa tomo nota en lo que al libro respecta

    @Andresito gracias a ti 😉

    Responder a Cloro
  • Joss
    10/05/2012 | 10:01

    Muy buen post, bien merecido por esta joya imperecedera. Ya no se producen joyas como esta, excepto quizás Stardust aunque me digo decantando por La princesa Prometida. Recordaremos con añoranza a André el Gigante.

    Responder a Joss

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