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Desde hace ya mucho tiempo los Simpson han dejado de sorprendernos. Es normal, con más de veinticinco temporadas a sus espaldas han perdido su frescura. Y por desgracia la calidad de la serie en los últimos tiempos es bastante inferior si la comparamos con sus primeros años.

En cualquier caso, nadie le quita el mérito de llevar en pantalla casi tres décadas. Podríamos estar hablando horas sobre los grandes momentos que nos han dejado, y que serán recordados durante mucho tiempo.

Pese a su desgaste, muchos de nosotros, entre los que yo me incluyo, vemos el programa sin excepción a diario (o al menos siempre que podemos), como si de un ritual se tratara. La mayoría de los capítulos los hemos visto cientos de veces (de hecho hay capítulos de los Simpson que he visto más veces que a algunos de mis familiares), y ya nos sabemos con precisión hasta los diálogos.

Habrá quien crea que es un auténtico experto en la serie, y que no hay ningún detalle que le haya pasado desapercibido. Sin embargo pocos saben que en los capítulos de la década de los noventa está escondido un pequeño cortometraje dividido en varias partes, y que tiene como protagonista a Rainier Wolfcastle en su papel más conocido: McBain.

Las escenas ocultas

El popular personaje, que parodia a los grandes héroes de acción de los 80 y 90 como Schwarzenegger o Stallone, tiene su propia película de casi cuatro minutos, repartida en diferentes capítulos emitidos entre 1991 y 1998.

Me explico. Como estoy seguro que recordaréis, McBain aparece de forma aleatoria interpretando diferentes secuencias violentas que duraban algunos segundos, cuando alguno de los personajes (normalmente Homer) está viendo la tele.

Estas escenas se intercalaban en la vida cotidiana de los Simpson, por ejemplo, en una ocasión Homer va al videoclub y ve un trozo de esta película en una de las pantallas del local. Y en otro episodio, Bart y Lisa ven otro fragmento en la tele de su casa.

Pues bien, si juntamos todas estas partes (siete en total si no me equivoco) en el orden adecuado, forman un cortometraje que resume perfectamente los estereotipos de las películas de acción de la época. Aplauso y medio para el que nos diga la temporada y número de capítulo en el que aparece cada secuencia.

Para los más vagos podríamos resumirla rápidamente así: McBain intenta detener al senador corrupto Mendoza sin el permiso de su jefe. Los hombres de Mendoza matan por error al compañero de McBain, que se cabrea y decide vengarse. El protagonista mata a los secuaces del senador y finalmente acaba con Mendoza de forma espectacular.

Pero si entramos en más detalles (al más puro estilo del Tipo de la Brocha), podríamos reseñar el film de la siguiente manera:

Una película llena de acción

El corto comienza con McBain reunido con el jefe de policía en su despacho. El capitán, un tipo pequeño, gordo, calvo y malhumorado, le recrimina que haya iniciado por su cuenta una operación para detener al senador Mendoza, uno de los ciudadanos más respetados.

McBain le intenta explicar que tiene pruebas de que Mendoza dirige una red de contrabandistas, pero su superior no atiende a razones y lo echa del despacho.

Nuestro musculoso amigo entra en cólera y le da un violento puñetazo (el sueño de todos nosotros), que le proyecta a través de la cristalera, precipitándose edificio abajo desde gran altura y cayendo en una fuente.

En la siguiente secuencia McBain aparece cenando en una cafetería junto a su compañero de patrulla, Skowie («Sko»), un hombre negro y bonachón que está a punto de jubilarse.

Skowie, el compañero de McBain. Le quedan dos días para jubilarse

Sko le cuenta a McBain que está muy ilusionado porque su hija está a punto de graduarse como abogada. Además tiene pensado viajar con su esposa a bordo de un velero que han comprado y al que han bautizado como «Vivir para siempre». Sko saca una fotografía de su mujer con el barco y se la enseña a McBain.

Acto seguido, el camarero del restaurante coge una pistola oculta en el culo de un pollo asado y dispara contra McBain , sin embargo Skowie, de manera casual se interpone delante (al ir a coger de nuevo la foto), recibiendo por error TODOS los disparos que iban destinados a su compañero.

El camarero huye en una moto, y aunque McBain le dispara, consigue escapar ileso. Inmediatamente, se acerca a su amigo moribundo que le pide que atrape a Mendoza y muere en un charco de sangre con la fotografía en la mano.

¡MENDOZAAAA!

De vuelta a la oficina, McBain se reúne otra vez con el capitán y le dice que su arma reglamentaria no es suficiente para vengar a Skowie, sacando otra pistola de grandes dimensiones.

El jefe, que, recordemos, había sido lanzado por la ventana y sorprendentemente sigue vivo, le responde diciendo que ese revolver va contra las reglas, y que en su departamento todo el mundo se rige por ellas.

McBain, no contento con la respuesta, dispara contra el libro del reglamento, destruyéndolo por completo y haciendo un gran boquete en la pared.

A McBain no le gustan las normas

Cambiamos de secuencia y vemos a Mendoza reunido con sus secuaces en una mansión fuertemente vigilada. El senador anuncia la creación de una nueva droga llamada «swank» (diez veces más adictiva que la marihuana) y brindando por su éxito.

En plena celebración, aparece nuestro protagonista, oculto en una escultura de hielo y mata a los esbirros de su archienemigo utilizando una ametralladora. Sin embargo, Mendoza consigue noquear a McBain utilizando para ello un canapé que lleva somníferos.

El senador reaparece en un edificio de oficinas reunido con lo que parecen otros peces gordos de la organización. Según ellos mismos cuentan, no van a tener problemas para llevar a cabo su plan de introducir la nueva droga en Norteamerica, ya que McBain está a punto de morir en un «accidente».

El maléfico plan de Mendoza. Introducir droga en Norteamérica para llenarse los bolsillos

Sin embargo, el héroe surge de la nada en el último momento armado hasta los dientes, matando a toda la cúpula mayor. Finalmente McBain coge a Mendoza por la pechera y lo tira por la ventana, cayendo justo encima de un camión cisterna que explota violentamente.

Para terminar, llega una atractiva mujer vestida con ropa militar, y McBain la besa. La película acaba y se muestran los créditos, en los que se anuncia la secuela del film: «Tiene derecho a permanecer muerto».

¿Todavía no os lo creéis? Pues aquí os dejo con el vídeo en cuestión que espero que os sorprenda tanto como a mi.

Tópicos por doquier

Yo he localizado los siguientes estereotipos del cine de acción ¿Echáis en falta alguno?

• El protagonista es un buen policía, pero el jefe no aprueba sus métodos.
• El personaje secundario es un policía que está a punto de jubilarse, además enseña una foto de su mujer y es negro. La suma de estos tres factores es igual a muerte segura.
• Los moribundos siempre tienen algo importante que decir antes de morir.
• Los malos tienen muy mala puntería, pero el protagonista va a muerte por disparo.
• Hay frases irónicas después de cada actuación violenta.
• Los cargadores de las pistolas tienen balas infinitas.
• El malo de la película muere al final de forma espectacular, nunca lo encarcelan.
• Siempre hay al menos una gran explosión.
• El malo es extranjero.
• El protagonista no pide refuerzos, prefiere resolverlo todo él solo.
• No lleva uniforme de policía. Los machotes visten de calle o con ropa militar.
• Aparece una mujer despampanante con la que al final se acaba liando.

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